El coltan o coltán es una mezcla de los minerales columbita (una mena de columbio o niobio ) y tantalita (una mena de tantalio ). El coltán es de color gris metálico oscuro.
La columbita está compuesta por óxidos de niobio, hierro y manganeso [(Fe, Mn) Nb2O6], y la tantalita está compuesta por óxido de tantalio, hierro y manganeso [(Fe, Mn) Ta2O6] en cualquier proporción. Estos óxidos constituyen una solución sólida en ambos minerales. Son escasos en la naturaleza y dan un claro ejemplo de materiales que han pasado de ser considerados simples curiosidades mineralógicas a estratégicos para el avance tecnológico debido a sus nuevas aplicaciones.
El principal productor de coltan es la República Democrática del Congo con cerca del 80% de las reservas mundiales estimadas,1 si bien existen mayores reservas probadas o en explotación en Brasil con el 10% de las reservas, Sierra Leona con el 5% de las reservas, y un 5% alrededor del mundo. Según informes de agencias internacionales de prensa, la exportación de coltan ha ayudado a financiar a varios bandos de la Segunda Guerra del Congo ,2 un conflicto que ha resultado con un balance aproximado de más de 5 millones de muertos,3 como también ha servido a algunas mafias colombianas.4 Ruanda y Uganda están actualmente exportando coltan robado del Congo a occidente (principalmente a los Estados Unidos ), en donde se utiliza casi exclusivamente en la fabricación de condensadores electrolíticos de tantalio. Es utilizado en casi la totalidad de dispositivos electrónicos de consumo.
Al coltan (algunos pronuncian coltán) le dicen ‘el petróleo de barro’, ‘el oro gris’ e incluso lo llaman ‘el nuevo maná’. No en vano. Ese mineral (que en realidad es la suma de otros dos: la columbita y la tantalita) es la panacea en estos tiempos de las nuevas tecnologías. De hecho, resulta fundamental para la producción del teléfono celular que usted tiene a su lado, del computador portátil en el que lee este diario o de los videojuegos que seducen a sus hijos